En Inglaterra se realizó un estudio relacionado con los métodos de obtención de leche en distintos tipos de granjas. El resultado fue que
gracias a los métodos convencionales de obtención de leche (con preñez natural, pastando libremente durante la lactancia, sin obtener leche de las vacas un tiempo después de haber recibido antibióticos, etcétera), las vacas produjeron
leche con una cantidad significativamente alta de Omega-3 y antioxidantes.

En el caso de la leche producida por vacas en granjas certificadas como
orgánicas, la cantidad de Omega-3, vitamina E, ácido linoleico, etcétera, fueron aún
mayores.
Al parecer el trato digno a los animales reditúa también en la salud de quienes consumen productos lácteos. Quizá sea buena idea consumir leche orgánica al menos durante el embarazo para
disminuir el riesgo de depresión, aportar mejores nutrientes al bebé y una mejor salud en general. La nota completa apareció en el sitio de
United Press.
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