lunes, 23 de junio de 2008

Adivinar el sexo del bebé... entre juegos y ciencia

Ya con esto de la tabla china, me quedé con la duda acerca de otros “métodos” que se utilizan para tratar de adivinar el sexo de un bebé. Me encontré con un artículo de MedicineNet.com, donde se mencionan algunos "procedimientos" que pretenden tener algún fundamento “científico”. Uno de ellos es el que ya mencionamos: saber qué sexo tiene un bebé de acuerdo con el ritmo cardiaco.

La premisa es que cuando el pulso del bebé es superior a 140 pulsaciones por minuto (ppm), hay mayores posibilidades de que sea un niño, y si es menor a 140 ppm, que sea una niña. No obstante, los médicos aseguran que el pulso de los bebés varía constantemente durante toda la gestación, aunque sí se ha observado que en el momento del parto el corazón de las niñas sí late más rápido que el de los niños.

Otra creencia es que mezclar orina de la mamá con Drano (destapador de tuberías químico) puede producir cambios químicos y de color en la mezcla resultante, de acuerdo con el sexo del bebé. El procedimiento no tiene sustento científico y, además, puede ser peligroso que una mujer embarazada manipule ese tipo de sustancias.

Una creencia más es que, si una mujer está embarazada de un niño, tendrá más vello o éste será más grueso (o crecerá con mayor velocidad), debido a la presencia de testosterona en su sangre. No obstante, según afirman en el artículo de MedicineNet.com, la cantidad de testosterona que puede generar un bebé no es suficiente para provocar un cambio hormonal en una mujer.

Sin embargo… resulta que, en cuanto a los mareos matinales… sí hay evidencia estadística de que, a mayor incidencia de náuseas por las mañanas, mayores posibilidades de que el bebé sea una nena (por desgracia nosotros fuimos de los casos que apoyan dicha evidencia estadística, y lo digo por las náuseas, no por la gran maravilla de recibir a una nena). Es decir, no es un factor determinante y seguro, pero sí es indicativo de una mayor posibilidad. Esto se debe, probablemente, a la mayor presencia de la hormona GCH (gonadotropina coriónica humana).


¿Qué pruebas científicas quedan? Cuatro solamente. Una es el ya conocido ultrasonido. Las otras dos son la amniocentesis, la toma de muestras de vello coriónico y el análisis de ADN en sangre u orina.

El ultrasonido ya es conocido y muy utilizado, e incluso ahora se pueden hacer ultrasonidos de cuarta dimensión (con movimiento en tiempo real y sensación de “volumen” en las imágenes resultantes).

La amniocentesis consiste, simple y llanamente, en extraer del útero una muestra de líquido amniótico con una aguja. No obstante, este procedimiento sólo es indicado cuando hay sospechas de enfermedades y no debe ser utilizado sólo para saber el sexo de un bebé, pues al ser una prueba invasiva es muy riesgosa.

La toma de muestras del vello coriónico tiene el mismo problema: es un procedimiento invasivo que puede ser peligroso.

Por fin, el análisis de ADN en sangre u orina resulta efectivo, pero en este momento una prueba de este tipo tiene un precio demasiado elevado y no se maneja en forma comercial. En este link se puede leer el artículo completo, en inglés.

¿Cuál es nuestra sugerencia? Seguir adivinando, haciendo planes, pensar en ambas posibilidades… seguir invitando a nuestros familiares y amigos a adivinar y hacer pruebas inocuas y hasta divertidas, para que nuestro bebé escuche desde antes las risas y voces de quienes ya le quieren. Hacer las pruebas de la forma de la pancita, adivinar con la tabla china, o identificar qué comidas provocan más antojos, no produce ningún daño y sí puede ayudarnos a estrechar lazos, aunque no sean concluyentes ni científicas. De cualquier modo, sea quien sea que prediga lo que sea... tiene 50% de probabilidades de adivinar :)

Después… esperar a que en una de ésas decida ponerse en una posición que permita ver qué sexo tiene (mi nena no nos dejó ver nada hasta el quinto o sexto ultrasonido, que ya fue en cuarta dimensión… y apenas por unos segundos). En cualquiera de los casos, siempre será una fuente de alegría y vitalidad para todos.

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La historia de este blog

Este sitio es pera dulce porque a mi nena le gusta la pera. Esa fruta fue la primera que probó, su primer descubrimiento de otro sabor distinto a la leche... y el origen de muchas sonrisas que iluminaron nuestro mundo completo.
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